miércoles, 14 de septiembre de 2016

NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES

RECORDAMOS LOS SUFRIMIENTOS POR LOS QUE PASO MARIA A LO LARGO DE SU VIDA POR HABER ACEPTADO SER LA MADRE DEL SALVADOR, SOBRE TODO EN LA PASION. MARIA SACA SU FORTALEZA DE LA ORACIÓN Y NOS DA FUERZA EN LOS MOMENTOS DE DOLOR.
La Madre piadosa estaba junto a la cruz,  y  lloraba
mientras el Hijo pendía, cuya alma triste y llorosa,
traspasada y dolorosa,fiero cuchillo tenía.


Oh, cuán triste y afligida se vió la Madre escogida
de tantos tormentos llena cuando triste contemplaba,
y dolorosa miraba, del Hijo la pena.


¿Y cuál hombre no llorara si a la Madre contemplara
de Cristo, en tanto dolor? ¿Y quién no se entristeciera,
piadosa Madre, si os viera, sujeta a tanto rigor?


Por los pecados del mundo vió a Jesús en tan profundo
tormento la dulce María, y muriendo al Hijo amado
que rindió desamparado el espíritu a su Padre.


Oh Madre, fuente de amor hazme sentir tu dolor
para que llore contigo. Y que por mi Cristo amado
mi corazón abrasado más viva en Él que conmigo.


Y porque a amarte me anime en mi corazón imprime
las llagas que tuvo en sí; y de tu Hijo, Señora,
divide conmigo ahora las que padeció por mí.

Hazme contigo llorar, y de veras lastimar
de sus penas mientras vivo: porque acompañar deseo
en la cruz, donde le veo, tu Corazón compasivo. 


Virgen de vírgenes santas, llore yo con ansias tantas,
que el llanto dulce me sea; porque su Pasión y Muerte
tenga mi alma de suerte que siempre sus penas vea.


Haz que su cruz me enamore, Y que en ella viva y more,
De mi fe y amor indicio; porque me inflame y me encienda
y contigo me defienda en el día del juicio. 


Haz que me ampare la muerte de Cristo, cuando en tan fuerte
trance vida y alma estén; para que cuando quede en calma
el cuerpo, vaya mi alma a su eterna gloria.

Amén.

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